El otoño llegó, ya las hojas de los árboles empiezan a cubrir el suelo, preparándose para las heladas temperaturas invernales.
Es cierto que la naturaleza tiene una inmensa sabiduría, pero también es verdad que hay ciertos cuidados que pueden hacerse a los árboles para que, cuando sea el momento, reverdezcan en todo su esplendor.
Entre esos cuidados, se encuentra precisamente la poda de árboles, ésta puede ayudar muchísimo a darle vigor. Pero hay que tener en cuenta que no todas las especies son iguales, y cada una podría requerirá cuidados distintos.
PODA DE LIMPIEZA OTOÑAL
En otoño es correcto realizar limpieza o saneamiento a los árboles. Esta poda puede ser de tres tipos y dependerá de la especie del árbol.
- Árboles caducos o perennes. En este tipo de árboles, la poda otoñal debe estar pensada para eliminar aquellas ramas secas o muertas que le podrían robar energía al árbol. De esta forma, el árbol tendrá más energía que dedicarle a las otras partes. También al eliminar estas ramas le llegará más sol al “corazón” del árbol. Recuerda que mientras más adentrada esté la estación fría, más cortas serán las horas de sol.
- Árboles frutales o de sombra. Los árboles de este tipo deben podarse casi finalizando el otoño. Así podrá estar no sólo protegido del frío, sino que también lo ayudará a darle forma. Esta poda otoñal es beneficiosa para este tipo de árboles, además que se realiza antes que la poda más importante que sería la de inicios de la primavera.
- Arbustos y setos jóvenes. Cuando las especies están en este momento de su vida, lo ideal será podarlos a finales del otoño. Esto les dará mayor oxígeno para sobrevivir al invierno y también podrán podarse en la primavera mucho mejor.
Algo que siempre hay que tener en cuenta es que toda poda significa que se le está infligiendo una herida a un árbol. Por eso hay que realizarla con las herramientas adecuadas que lastimen lo menos posible a la especie.
Un buen recurso será igualmente colocar una pomada cicatrizante después de la poda, para ayudar a cerrar esas heridas en el árbol.
CUIDADOS EN LA PODA OTOÑAL
En los árboles, la poda es un asunto que debe hacerse con cuidado y conocimientos del tema. De hecho, hay muchas especies que enferman o simplemente mueren a consecuencia de una poda mal realizada o en un momento inadecuado del año.
En el otoño, la poda de los árboles debe centrarse en eliminar aquellas partes que puedan restarle energía a la especie, sabiendo que necesitarán mucha energía para sobrevivir las heladas temperaturas invernales y las condiciones climáticas adversas propias de esta temporada.
También hay que prestar atención, si es el caso, de la presencia de ramas que podrían generar accidentes en caso de una tormenta o una ventisca. En ese caso, hay que podarlas para evitar riesgos posteriores.
¿Qué significa el otoño para un árbol?
El paso de las estaciones va realizando cambios en todos los seres que habitamos en el planeta. Por eso hay muchas especies que ante la llegada de las bajas temperaturas, migran buscando climas más cálidos.
Pero no es este el caso de los árboles, que obviamente permanecen en el mismo lugar a lo largo de toda su vida. Por eso, la naturaleza los ha provisto de otros mecanismos para protegerse de las heladas. Esto es precisamente cuando empiezan a soltar sus hojas: se están preparando para el frío inminente.
Entonces, lo que podemos hacer es ayudarlos aún más a protegerse del frío y la poda es una de esas acciones que pueden ayudar al árbol a sobrellevar mejor el invierno. Pero esta poda debe hacerse con cuidado para no dañar la especie vegetal.
Sol y fotosíntesis
En el invierno, el sol está más alejado de la tierra, por lo que se reciben menos rayos solares. El sol es necesario para la fotosíntesis, pero cuando los rayos solares empiezan a disminuir, las hojas empiezan a amarillear porque ya no producen clorofila.
Entonces, empiezan a caer hasta que las ramas quedan totalmente desnudas, ofreciendo las vistas típicas del invierno, hasta que el sol empieza a acercarse más y empieza todo el proceso otra vez.